miércoles, 15 de agosto de 2012

Construir un templo de certidumbre


“He conseguido alcanzar el orden de las cosas, permanecer en mi creencia de saber priorizar en la vida, saciarme de la plenitud creyendo en los domables momentos de gloria, poseer la seguridad de conquistar un castillo erguido  y fuerte, más he podido evadirme de todo orden para experimentar incluso el caos más precipitado y he crecido con la seguridad supuesta de tener todo bajo control cada minuto.

Pero me distraje amigo, como tú, y me sumergí en la vorágine más primitiva con la equivocada conciencia de que el aliento del otro a falta del mío propio servía, dejar en manos ajenas el propio futuro es como invertir la vida en el momento que uno  nace, me manché las manos, me embarré la vida.

Acabo de recoger el último bloque de mi torre esparcida por el suelo, mi suerte  disgregada en el asiento de este pueblo desesperanzado y proclive se ha sumergido en un limbo de miradas donde se pierden levitando ausentes.

Pero guardo algo que brota en las noches de cada segundo en el dormitorio de la luna hasta el sol creciente, la rabia contenida, la mancha en el lugar impenetrable de la ira. 

Que la revolución desborde convertida en el sustento que siempre transfigura el pensamiento en abono, que siembre la cosecha que liberé en esta tierra la semilla al viento, que permuté de nuevo en una creencia de bienestar correspondido, no dado, en una fe como forma de vida, no como último recurso.

Arando la historia con la conciencia activa y la libertad perdida el más revolucionario de mis sentidos nace.

Nadie nos pide que podamos erigir ni tan siquiera una torre de piedra, pero al menos construye los planos para levantar en tu interior un templo de certidumbre.”

Lionné Evoloné©


No hay comentarios:

Publicar un comentario